Ir al contenido principal

El peque de la casa.

Hoy es un día importante. 
Hoy hace 30 años nació mi hermano Miguel Ángel.
Yo tenía 13 años y para mí, tener un hermano era lo más.

Recuerdo esa noche perfectamente. En Sevilla tenemos unos veranos muy calurosos, donde lo normal es superar los cuarenta grados de temperatura, además estábamos en lo que popularmente se conoce como "el veranillo de San Miguel" (San Miguel es el 29 de septiembre) y nosotros tenemos una gran azotea donde, por aquellos tiempos, solíamos extender unos colchones y dormíamos bajo la luz de las estrellas
Carta de ajuste.
 Mi madre sintió dolores a partir de las dos de la mañana pero no fue hasta las cuatro cuando ella y mi padre se dispusieron a coger lo preciso para ir al hospital. Cuando todo estuvo listo, nos llamaron y mi padre nos dijo "vamos para el hospital que mamá está de parto". Allí nos quedamos mis dos hermanos y yo, sentados en la salita, frente a un televisor con solo dos canales (y a esa hora no funcionaba ninguno) viendo la carta de ajuste y mirando nuestro teléfono cada dos segundos.
Teléfono de los ochenta.

A las siete y media de la mañana sonó el teléfono. Era mi padre que llamaba desde una cabina de teléfono desde el hospital. "Ha tenido un niño y nació a las siete menos cuarto". Sentí cierta decepción porque al tener dos hermanos varones, me apetecía tener una hermana para estabilizar la balanza. Mi madre tenía elegido el nombre: Miguel Ángel. He de reconocer que no me gustaba pero poco a poco, a fuerza de escucharlo, me fue gustando cada vez más.

Mi padre me advirtió: "No llames a nadie hasta las diez de la mañana". Así que a las 9 de la mañana, me fui corriendo hasta el supermercado y compré unos peinecillos de color rojo anaranjado para mi hermano... Creo que no fue un arrebato el comprarle su primer peine sino más bien por decirle a alguien que Miguel Ángel había nacido y no podía aguantar hasta las diez para decirlo. Así que nuestro amigo Adolfo, dueño del supermercado, fue el primero en el barrio que se enteró de su nacimiento. Siendo adolescente siempre se buscan los tres pies al gato.

Lógicamente, a las diez de la mañana cogí la agenda de teléfonos de mi padre y fui llamando a todos nuestros familiares más allegados.  Mi hermano Miguel Ángel había nacido ese lunes, 26 de septiembre de 1983.
Miguel Ángel con 6 meses.

Lo vimos por primera vez esa tarde. Mi madre estaba muy bien aunque le vi un poco demacrada y con ojeras. El parto fue rápido, algo habitual en ella. Mi hermano era delgadito, había pesado 2'630 kg y era muy largo. Recuerdo sus dedos de las manos... largos y se movían como estirándose queriendo coger algo inalcanzable para ellos. Era achinado, es decir, tenía mis ojos y mamá decía que tenía las orejistas como mi hermano el mayor, y las manos... igualitas que las de mi padre y mi hermano, el que va detrás mía. La nariz era parecida a la de mi padre pero en diminuto. Su pelo era fino y tirando para rubio, poca cantidad y mamá me decía "va a ser rubito como tú". En solo unas horas, mi madre había estudiado al detalle a mi hermano y había sacado todos los parentescos.

Ya han pasado 30 años y Miguel Ángel ha vivido mucho, intensamente y superándose poco a poco en sus impedimentos. No os puedo asegurar que haya sido totalmente feliz porque ha habido una época en que la tristeza dibujaba su rostro, pero sí os puedo decir que lo hemos intentado con todas nuestras fuerzas. Hemos luchado por él, hemos ido derribando aquellos muros que nos impedían que él fuera más feliz y sobre todo, hemos intentando dentro de nuestras posibilidades, que no le faltara nada y mucho menos, amor y cariño.

¿Qué más os puedo decir? Es mi hermano y es un orgullo decir "Ey, este es mi hermano: el peque de la casa".



Comentarios

Entradas populares de este blog

Oler: un sentido muy especial en el autismo

C uando Miguel Ángel nació, lo primero que nos dijeron los médicos tras su diagnóstico de Síndrome de Down, fue que podría aparecer deficiencias en la vista, oído, dificultad para hablar y comer, huesos frágiles, cardiopatia, pies planos, retraso mental..., entre otras cosas, y saber que cuanto mayor fuera su discapacidad, más problable fuera que el número de deficiencias fuera elevado. Aunque a esto añadieron la coletilla de "su desarrollo dirá cuáles de esas deficiencias están presentes o no". Miguel Ángel Guerrero con 6 meses. Podréis comprender que para unos padres este diagnóstico y sus patologías físicas y psíquicas posibles, era como caer al vacío desde un décimo piso. Recuerdo a mi madre llorando días enteros, de hecho, en 20 días había recuperado la figura, nadie hubiera dicho que había parido en menos de un mes, pero a mi madre se le quitaron las ganas de comer ante el disgusto de que su niño no iba a ser como sus otros hijos.  Por supuesto, en esos mom

Alzhéimer, autismo y síndrome de down

Últimamente, parece que hay más certeza en la existencia de una conexión entre el alzhéimer y el síndrome de down, aunque de esto mismo ya habló en los años 90 el neurobiólogo Huntington Potter. Recordemos que esta enfermedad degenerativa, que fue bautizada por su descubridor, el médico alemán Alois Alzheimer, en 1906, presenta una pérdida de memoria junto con otros problemas cognitivos. Aunque la gente joven puede desarrollar esta enfermedad, es más común entre los mayores de 65 años. Sin embargo, las personas con síndrome de down, al aumentarse su esperanza de vida en la últimas décadas, también ha provocado que padezcan ciertas patologías relacionadas con la edad, como es el alzhéimer . Se prevé que más de la mitad de los adultos con síndrome de down (un 60%) de más de 40 años, padecerán alzhéimer en su vida. Esta relación viene establecida porque en la trisomía del cromosoma 21 de las personas con síndrome de down es donde se produce la proteína precursora de am

Ay! Qué dolor!

¿ C uántas veces habremos dicho esto? Me duele la cabeza, una muela, la barriga, la mano... parece muy sencillo .... pero ¿qué es el dolor? una experiencia sensorial y emocional (subjetiva) generalmente desagradable, que pueden experimentar todos aquellos seres vivos que disponen de un sistema nervioso (def. wikipedia). Sin embargo, ¿recordáis la primera vez que lo sentisteis? Seguramente no. Solo tenemos como muestra cómo nuestros bebés responden hacía algo que les ha hecho daño... lloran desconsoladamente. Pero nuevamente, os pregunto  a todos los que habéis tenido a un bebé en vuestra vida ¿cómo sabéis que le duele algo?... No sabemos explicarlos... quizás el observar a diario a nuestro bebé nos hace distinguir aquellos gestos o llantos normales de los que no lo son. Nuestra mente es superdotada para descubrir y analizar gestos. Hasta ahí... bien. A nuestros chic@s con autismo... muchos de ellos con poca sensibilidad hacía el dolor ¿cómo les enseñamos qué es un dolor?  No q