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Por ahí! .... ahí!!

El sentido e la orientación está muy acusado en mi hermano, no sé si es nato o es porque al tener autismo, hace que recuerde las casas y calles, lo cierto es que en más de una ocasión nos ha dejado boquiabiertos de admiración.


He escuchado, en muchas ocasiones, discusiones sobre que las mujeres no tienen sentido de la orientación y los hombres sí, y viceversa.... dejando atrás dicha polémica que no viene al caso, os puedo decir que en mi familia somos fifty fifty... tres tenemos un gran sentido de la orientación y tres muy poca. Claro que eso con las tecnologías de hoy en día es fácil remediarlo.

Miguel A. Guerrero
Mi hermano Miguel Ángel desde muy pequeñito sabía en cuanto cogíamos una calle, a dónde íbamos. Cuando paseabamos por el barrio o salíamos a comprar algo teníamos que ingeniarnos para no coger los caminos que iban hacía la casa de alguien que a él le gustaba. Porque el camino que usábamos el primer día, quedaba grabado en su mente y si por casualidad íbamos por esa calle, nos empujaba hacia la casa de la persona nombrándola.... pasábamos mucho apuro porque no siempre disponíamos de tiempo para pararnos y tampoco nos gustaba presentarnos en casa de nadie sin avisar. En cualquier caso si disponíamos de tiempo, nos pasábamos a saludar a la persona en cuestión... sólo estábamos unos 5 minutos, lo suficiente para que mi hermano se dejara dar besos, sentarse un momento y a continuación le decíamos "¿nos vamos?" y Miguel Ángel se levantaba, nos daba su mano y empezaba a despedirse  diciendo adiós con la mano... Se quedaba feliz y muy contento.

Ejemplos... hay muchos... Si cogíamos la calle Torre Quevedos era para ver a Pepi y a Ani. Si cogíamos el puente que cruzaba el Canal del Bajo Guadalquivir era Angustias.... y así todo.

En coche era todo más fácil pero no por ello falto de admiración. Cuando cogíamos la avenida del Deporte empezaba a nombrar a mi hermano, mi cuñada y a mis sobrinos ... no porque vivan ahí sino porque es el camino que utilizábamos para ir a su casa, no paraba de nombrarlos hasta que llegábamos a su altura.... si veía que no parábamos, se callaba. De nada servía reforzarle una y otra vez a donde íbamos, él repetía erre que erre. Si íbamos por la avenida de la Ciencia eran nombrados mis tíos maternos. Si íbamos al barrio de Nervión, a mi tío paterno. Si íbamos por el barrio Santa Aurelia, a mi abuela Rocío porque cuando su hija venía a Sevilla, ella se quedaba en su casa.



Miguel A. Guerrero
Recuerdo una ocasión en que fuimos a ver a mis primas a Su Eminencia (un barrio de Sevilla), sería hace unos cinco años (2008). Ellas tenían una tienda de muebles, que anteriormente fue de su padre y anteriormente de nuestro abuelo. Mis abuelos vivieron en la planta superior de la tienda hasta que mi abuelo falleció en 1989 y mi abuela se fue a vivir con uno de sus hijos. Pues bien, hacia 19 años que mi abuelo había a fallecido y que mi abuela no vivía allí, ya que para ir a verla siempre íbamos a casa de mi tío hasta 1998, año en que ella falleció. Mi hermano tenía 6 años cuando dejó de ir a casa de mis abuelos en Su Eminencia. Todo fue bien, vio a mis primas y estuvo sentadito mientras charlábamos hasta que llegó el momento de irnos. Salimos de la tienda con idea de dirigirnos hacia el coche, pero Miguel clavó los pies en el suelo y señalando la puerta contigua a la tienda, empezó a decir "iaa  Oooo" que significaba "abuela Rocío"..... no hubo manera de convencerlo, con lo que su conducta se alteró y no pudimos calmarlo. ¿Cómo decirle para que lo comprendiera que la abuela ya no vivía? ¿que allí vivían otras personas que tenían alquilada la casa? Son situaciones muy difíciles y dolorosas por la impotencia que sientes porque no puedes hacerselo comprender...En aquel momento solo podía inmovilizarlo y esperar a que se tranquilizara, no sin soltar sus lágrimas antes. Después, nos montamos en el coche y nos fuimos a casa.

Sin duda tiene una mente prodigiosa para recordar esos lugares desde tan pequeñito y si lo pensamos bien, esos lugares son recordados porque están vinculados a personas que él quiere... por lo tanto, son la prueba viva de que sus emociones y sentimientos están ahí... y es su manera de decirnos que le apetece verlos porque los quiere.



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