Hace tiempo que no escribo, el ánimo y el shock de un suceso me había bloqueado, no siendo capaz de pensar cómo escribir.
Hoy, con los ánimos más calmados y con la entereza de analizar todo el suceso desde cierta distancia en el tiempo, puedo escribir de nuevo.
Hoy hace 16 días que un suceso ha marcado mi vida, la de mi madre y la de mi familia en general. Nuestras vidas han sido sacudidas de su monotonía, descentrándonos en el trabajo, en los estudios y haciéndonos ver que cualquier otro hecho queda insignificante a su lado.
Un suceso sacado de una película de Hitchcock donde la supervivencia hace que la impotencia, la ansiedad y la incertidumbre queden a un nivel ínfimo. Supervivencia y esperanza que todo lo superan, hasta las películas de terror.
Mi madre como todos los findes tenía a mi hermano Miguel Ángel, él con autismo muy acusado, es capaz de recordar cosas que hacía de pequeño aunque lleve años sin tener oportunidad de hacerlo.
Mi madre había dejado la puerta de nuestro patio abierta para que el perrillo que tenía, saliera a tomar el aire. Ella olvidó por completo que la había dejado abierta. A la hora de la merienda, cuando se preparaba el café, dejó a mi hermano Miguel Ángel en la cocina mientras iba al dormitorio a recoger algo. Hace tiempo que Miguel aprendió a quedarse solo unos minutos y a controlar la ansiedad que ello le provocaba. Sin embargo, en esa ocasión, al ver la puerta del patio abierta recordaría cómo de pequeño salía corriendo hacia él para poder "saltar" a la casa de los vecino...dicho y hecho... Miguel salió a correr y se saltó a un tejadillo de un vecino...Mi madre se dio cuenta inmediatamente y salió tras él, pero no llegó a tiempo. Miguel ya estaba en casa del vecino. Mi madre sin saber qué hacer porque el móvil lo tenía dentro de la casa y no quería perder de ojo a mi hermano, le empezó a decir cosas que a él le gustaban (que le iba a dar chocolate, que iba a la piscina...) pero él no reaccionaba, no se movía. Mi madre decidió subir al tejadillo a por él, cuando estaba llegando a su altura, el tejado cedió y cayó al local de abajo, que estaba abandonado.
La situación era dramática. Mi madre sabía perfectamente que en las casas vecinas no había nadie, solo le quedaba arrastrarse hacia la puerta del local para que alguien de la calle pudiera escuchar su llamada de socorro. Mi hermano seguía en el tejado, no se movía de allí. Llamaba a mi madre "ma ma, ma ma" y ella le contestaba y le decía que no se moviera... Mi madre no podía moverse, una pierna le dolía mucho y no pudo arrastrarse mucho...solo consiguió arrañarse con restos de escombros que tenía el local y además estaba mojada porque el techo tenía filtraciones de agua y el día anterior había llovido.
Así estuvieron más de cuatro horas y media...pasando frío y abandonados. Mientras se oscurecía y caía la noche fría de invierno.
Uno de mis hermanos que llamó varias veces y al ver que no cogía los teléfonos, se llegó y encontró el panorama.
Mi hermano Miguel Ángel señaló con su mano el agujero por donde se cayó mi madre. Todo se movilizó a partir de entonces...
Miguel Ángel Guerrero |
Mi hermano se subió también al tejadillo, aún sabiendo que mi madre había caído, pero había que rescatar a mi hermano Miguel, no lo pensó dos veces.... cuando llegó a su lado, lo cogió de la mano y le dijo, "Miguel, detrás de mí" y él le siguió, pisando por donde pisaba mi hermano... El pobre estaba temblando y estaba con la cara desencajada del terror que tenía.
Los bomberos y el 061 se encargaron de mi madre....mientras ella iba al Hospital de Traumatología Virgen del Rocío de Sevilla, mi hermano Miguel era llevado por mi otro hermano a Urgencias del Hospital General (después de ducharlo y ponerle ropa limpia) para que le hicieran un chequeo ya que padece de corazón... Diagnóstico: hipotermia 34º de temperatura corporal. Quisieron dejarlo en Observación pero Miguel tiene terror a los médicos y no consintió sentarse en la cama del hospital...así que le dieron a mi hermano unas indicaciones para que lo observara por la noche por si los síntomas de la hipotermia empeoraban.
Mi madre tenía un diagnóstico de cadera rota y la cabeza del femur fracturada. A ella la operaron el lunes 4 y le dieron de alta esa misma semana.
Después de estar unos días en Sevilla viendo y cuidando a mi madre, os puedo decir que va mejorando muy lentamente pero que el shock sigue ahí...pensando todo lo que podía haber pasado y no pasó, gracias a dios.
Es sorprendente, como Miguel Ángel no se movió del lado del agujero por donde vio desaparecer a su madre, la llamaba y señaló el sitio con su mano cuando vio a mi hermano. Cómo mi madre le hablaba muchas veces para que él viera que ella estaba allí y no le entrara más miedo.
Un binomio anclado, un cordón umbilical muy fuerte para abandonarse mutuamente.
Sinceramente, me entra una angustia tremenda pensar que hubiera pasado si mi hermano no hubiera pasado por casa.
Hoy es uno de esos días en que una se da cuenta que no siempre tendremos las mismas fuerzas para atender a tu hijo, a tu hermano o a tu madre... Hace dos años y medio, mis padres tuvieron que tomar una decisión muy dura. Mi madre enferma de cáncer y en tratamiento necesitaba de sus hijos para su cuidado. Mis padres llevan separados desde que Miguel tenía 8 años, mi padre nunca entendió a mi hermano, no sabía cómo tratarlo, educarlo o conectar con él...Así que entró en una Residencia de Discapacitados severos (San Sebastian en Cantillana) ya que nosotros no disponíamos de los medios y tiempo para poder atender a dos personas. Miguel Ángel se adaptó muy bien a la Residencia, fue una adaptación gradual para que no fuera un cambio brusco. Los findes lo recogíamos y estaba con nosotros, así él podía estar en casa con sus peluches, su música y con su familia. No estábamos dispuesto a romper nuestro vínculo familiar con él, ya que tiene su casa y su familia, necesita seguir con ese vínculo al igual que nosotros.
Hoy, como he dicho, es uno de esos días en que esa decisión fue correcta. Él allí está protegido, una educación adecuada, atendido 24 h por personal cualificado y nosotros seguimos disfrutando con él los findes.
No obstante, debido al accidente, estará un tiempo sin venir a casa porque mi madre está en una situación muy crítica...sin andar, muy dolorida aún y sobre todo, en shock postraumático. Necesitará un psicólogo para superar el miedo sentido hacia su hijo que estaba desvalido en un tejado. Ella solo piensa en "su niño" ni siquiera piensa que ella misma podía haber muerto...solo piensa en "su niño", sólo durante 5 horas, pasando frío.
Este sentimiento de protección en su mayor extensión, incluso de su propia vida, es el sentido por muchos padres con chic@s con autismo.
Sin lugar a dudas, un dilema e incertidumbre que no tiene una sola solución. Cada familia tendrá la suya. Cada familia tendrá que asimilarla pero lo importante siempre es lo mismo: el bienestar de ellos.
Así de simple.
Por encima de nuestros centrifugados mentales de ética y moral, hemos de pensar en ell@s, en despojarnos de todos los sentimientos de culpabilidad o del deber o de lo que dirán. Siempre deberemos tener como punto de mira su bienestar. Sólo así podremos tomar la decisión que más se adecue a sus necesidades.
Mi madre (Dolores S.) y mi hermano Miguel Ángel Guerrero |
A mi madre con todo mi cariño y amor, por ser una heroína en un mundo hostil donde el amor de madre supera cualquier condición y suceso. Te quiero mamá.
A mi hermano Miguel Ángel que lo quiero con locura porque ha demostrado ser un chico donde su familia es su gran motor. No se separó de su madre. Siguió allí hasta que alguien apareció y le señaló donde estaba su mamá. Él con su autismo severo supo comunicar qué pasaba. La comunicación es posible aunque no haya palabras. Te quiero mimí.
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