Con motivo del Día Mundial de la Discapacidad todos los medios hacen hincapié en lo poco que hemos avanzado desde que fue declarado este día en 1992 por las Naciones Unidas, que las personas con discapacidad aún no están inclusivas en nuestra sociedad, sobre todo en el ámbito laboral...y, en definitiva, que queda mucho camino que recorrer para que la sociedad vea su "capacidad", su aportación y su valía.
Lógicamente, sabemos que no todas las discapacidades son iguales y por tanto, unas se podrán insertar mejor en la sociedad que otras. Para aquellas personas cuyas discapacidades son más leves, hemos conseguido mucho porque por ellas no sólo hablan quiénes les defienden, sino también ellos mismos alzan sus voces diciendo que pueden trabajar, que pueden ser padres, que pueden llevar una vida normal como cualquiera otra persona...tan sólo necesitan más apoyo social, educativo, laboral, político...sobre todo este último, pues es el que consigue que realmente que el motor se ponga en marcha. Cada vez estamos más cerca de lograrlo.
Sin embargo, para las personas cuya discapacidad es más severa...sólo tenemos unas cuantas voces que aclaman por ellos, sobre todo familiares y amigos, con suerte, con algún respaldo de alguna Asociación...y a veces, ni eso.
Encontramos trabas para todo...cualquiera tramitación conlleva gran cantidad de papeles, certificados, justificantes... y su resolución no tarda menos de 9 meses. A principios de año se hacía publico que más de 100.000 personas dependientes con derechos reconocidos, entre 2012 y 2015, murieron sin recibir ningún tipo de prestación...entre ellas, se encuentra mi madre. Mi madre tenía reconocida una dependencia leve debido a un tumor que tenía...cuando su enfermedad avanzó, solicitamos una revisión por agravamiento...dos años y cuatro meses después, mi madre fallecía sin ni siquiera recibir ninguna noticia sobre la revisión...de hecho, recibí una llamada del técnico para citarnos en casa de mi madre dos meses y medio después de su fallecimiento... impotencia y angustia es lo que una siente, además de un gran dolor por el poco apoyo recibido.
Por ello, más que nunca, necesitamos que nuestros representantes políticos se hagan cargo de la cantidad de obstáculos que encontramos a nuestro paso, que un reconocimiento de discapacidad (Minusvalía como se conocía antiguamente) no puede tardar cerca de un año en resolverse, que la aplicación de la dependencia no puede tardar año y medio (por no decir más) para un gran dependiente, y que los casos de revisión o agravamiento, son casi en vano solicitarlos, por no decir que un cambio del destino residencial indicado en un principio tiene como protocolo iniciar de nuevo el proceso como si no estuviera ya estudiado y resuelto... Es decir, que la paciencia de familiares y de los propios discapacitados ha de ser infinita.
Y hasta aquí, solo hemos considerado lo que cuesta que el "Estado" reconozca una discapacidad y aplique la ley de la dependencia... porque aún nos quedan cuestiones como el judicial y el laboral que son ciertamente escabrosos.
Por experiencia propia, os puedo decir que nos ha costado poco más de año y medio, que un juez nombre un tutor legal para mi hermano Miguel Ángel... y en ese tiempo, te das cuenta del vacío legal que hay, ya que nos encontramos con trabas tanto para trámites bancario (por ejemplo, no podíamos digitalizar el DNI de mi hermano porque aún no tenía tutor, a lo cual tuvimos que recurrir que había un tutor de hecho... no hay protocolos para estos casos). Para cambiar el titular de la prestación de Miguel Ángel, el tutor de hecho tuvo que firmar un papel como que era "el tutor legal" y por tanto, responsable, a los solos efectos de ese trámite y mientras...la prestación se suspendió hasta que se resolvió el expediente, 4 meses después.
En fin...que tendríamos para rato contar cada una de nuestras experiencias negativas vividas con nuestros familiares discapacitados.
Que hemos mejorado en los últimos 30 años...sí! hemos mejorado!...pero queda tanto y tanto por hacer y por mejorar, que ciertamente no nos podemos quedar callados y esperar que alguien con buena voluntad llegue al Gobierno y convierta en realidad todas nuestras peticiones...porque no va a pasar. Tenemos que seguir luchando, concienciando, repitiendo todos los días del año que nuestros discapacitados tienen derechos, que se tienen que cumplir, respetar, y que hay que mejorar su calidad de vida...Ciertamente, cuando en tu familia hay alguien con discapacidad la prioridad de tus valores cambian...por eso, muchas veces digo que si nuestros políticos tuvieran a una persona discapacitada en su vida... posiblemente, ahora, ya estaríamos hablando de las capacidades de las personas con discapacidad.
Que las personas con discapacidad pueden hacer muchas cosas, lo sabemos, y para prueba un botón...nadie baila mejor que ellos...en tesón y pasión, nadie les gana.
Finalmente, desde aquí, quiero dar las gracias a todos los profesionales, tanto de centros especiales como de Asociaciones, que tanto nos han ayudado, nos han enseñado y nos han dado consuelo, sin ellos...esto sería aún más difícil.
Os dejo con Miguel Ángel Guerrero, el motor de este blog...para que lo conozcáis un poquito mejor.
Fuentes:
Comentarios