Cuando tienes a tu hijo, lo ves perfecto...lleno de vida, desarrollándose bien, creciendo a niveles normales. Sin embargo, llega un momento en que empiezas a detectar que tu hijo no hace algunas cosas, o hace otras que otros niños de su edad no las hacen...entonces, algo en tu cerebro despierta las alarmas..." a mi hijo le pasa algo".
Cuando le diagnostican a tu hijo que tiene autismo, sin lugar a dudas es un shock. No es que lo rechaces, es que, simplemente, no esperabas que algo así te hubiera tocado. Tu niñito, aquel cuyo embarazo fue normal, su nacimiento fue bien y su crecimiento físico también... tiene algo en su cerebro que le va a dificultar relacionarse y comunicarse como todos lo hacemos. Daros cuenta que he dicho "difilcultar" que no "impedir" porque nuestros chicos con una buena terapia y educación, llegan a relacionarse y comunicarse, quizás no de la misma manera que tú y que yo, pero lo hace y eso, es imprescindible para su desarrollo y autonomía como personas.
¿Cómo conseguir la educación adecuada y necesaria para su buen desarrollo personal e intelectual y no morir en el intento?
Ante esta situación, todo lo que hay que hacer en un equipo, con un objetivo común y con unos intereses definidos: la calidad de vida de nuestro hijo.
¿Quienes formarán este equipo? Familiares, profesores, educadores, terapeutas (sociales y de comunicación), médico de cabecera y su médico de salud mental.
Respecto a los familiares hay que hacer hincapié que han de participar todos los que participan en su entorno más allegado. No sólo los padres sino sus hermanos, abuelos, tíos o primos... todos son importantes en su educación, todos sin excepción... Porque si todos aunamos fuerzas sobre las mismas pautas, nuestro hijo seguirá adelante con pasa firme.
Sus médicos son necesarios no solo para saber qué tipo de síntomas va a encontrar en su vida como hipoacusía, ansiedad, rabietas, etc... sino que deberá saber como conectar con él para poder hacerle las pruebas y diagnóstico adecuado.
Recuerdo una ocasión, cuando llevamos a mi hermano Miguel Ángel al traumatólogo para que le recetara sus botas especiales. Cuando el médico quiso verle los pies, él se negó y se fue hacía la puerta mirándolo con verdadero terror. Mi madre y yo, le decíamos "no pasa nada, solo ver los pies". Sin embargo, por su cara, parecía que el médico lo iba a matar. Por aquel entonces, él tenía 12 años y aún, no sabíamos que tenía autismo. Su educación era encaminada según las pautas de los chicos down. El médico cuando vio que no controlábamos la situación ni siquiera con una chocolatina, no se le ocurrió otra cosa que decirnos que "no teníamos educados al niño" y yo, ni corta ni perezosa, te dije: "el niño está educado, lo que le pasa es que tiene terror a todo aquel que tiene una bata blanca porque le recuerda cuando fue operado de corazón con dos añitos y usted, no está haciendo nada para inspirarle confianza". El médico malhumorado, nos recetó unas botas según las que tenía y dejó el dilema a experto de la ortopedia. Curiosamente, el chico que nos atendió en la ortopedia, no insistió en que se subiera que los espejos para verle los pies, sino que en la misma silla donde estaba sentado, le puso un papel de calca que dejó dibujado la silueta de sus pies y así pudo saber qué tipo de plantillas necesitaba. Mi hermano es un poco plano y actualmente sus tobillos se están desviando hacía el interior, por lo que necesita unas botas con un refuerzo especial es los tobillos. Comprenderéis que este chico, fue más inteligente que un médico especialista.... Hay soluciones, hay maneras alternativas de descubrir cómo saber qué le pasa a nuestros niños, simplemente hay que tener ganas y ponernos en la situación del pequeño... Así, llegaremos al fin del mundo.
Ante esta situación, todo lo que hay que hacer en un equipo, con un objetivo común y con unos intereses definidos: la calidad de vida de nuestro hijo.
¿Quienes formarán este equipo? Familiares, profesores, educadores, terapeutas (sociales y de comunicación), médico de cabecera y su médico de salud mental.
Respecto a los familiares hay que hacer hincapié que han de participar todos los que participan en su entorno más allegado. No sólo los padres sino sus hermanos, abuelos, tíos o primos... todos son importantes en su educación, todos sin excepción... Porque si todos aunamos fuerzas sobre las mismas pautas, nuestro hijo seguirá adelante con pasa firme.
Sus médicos son necesarios no solo para saber qué tipo de síntomas va a encontrar en su vida como hipoacusía, ansiedad, rabietas, etc... sino que deberá saber como conectar con él para poder hacerle las pruebas y diagnóstico adecuado.
Nuestro corazón imperfecto llega a todos los rincones. |
Recuerdo una ocasión, cuando llevamos a mi hermano Miguel Ángel al traumatólogo para que le recetara sus botas especiales. Cuando el médico quiso verle los pies, él se negó y se fue hacía la puerta mirándolo con verdadero terror. Mi madre y yo, le decíamos "no pasa nada, solo ver los pies". Sin embargo, por su cara, parecía que el médico lo iba a matar. Por aquel entonces, él tenía 12 años y aún, no sabíamos que tenía autismo. Su educación era encaminada según las pautas de los chicos down. El médico cuando vio que no controlábamos la situación ni siquiera con una chocolatina, no se le ocurrió otra cosa que decirnos que "no teníamos educados al niño" y yo, ni corta ni perezosa, te dije: "el niño está educado, lo que le pasa es que tiene terror a todo aquel que tiene una bata blanca porque le recuerda cuando fue operado de corazón con dos añitos y usted, no está haciendo nada para inspirarle confianza". El médico malhumorado, nos recetó unas botas según las que tenía y dejó el dilema a experto de la ortopedia. Curiosamente, el chico que nos atendió en la ortopedia, no insistió en que se subiera que los espejos para verle los pies, sino que en la misma silla donde estaba sentado, le puso un papel de calca que dejó dibujado la silueta de sus pies y así pudo saber qué tipo de plantillas necesitaba. Mi hermano es un poco plano y actualmente sus tobillos se están desviando hacía el interior, por lo que necesita unas botas con un refuerzo especial es los tobillos. Comprenderéis que este chico, fue más inteligente que un médico especialista.... Hay soluciones, hay maneras alternativas de descubrir cómo saber qué le pasa a nuestros niños, simplemente hay que tener ganas y ponernos en la situación del pequeño... Así, llegaremos al fin del mundo.
Mi hermano Miguel Ángel Guerrero |
Cuando sepamos cómo ven ellos el mundo, sabremos dar soluciones a sus conflictos y soluciones. Ellos se desarrollarán como personas como tú y como yo, se relacionarán y comunicarán... No dice un dicho "al buen entendedor, pocas palabras bastan"... ¡ahí queda eso!
Y a vosotros ¿os ha pasado alguna situación similar? Contádmela.
Comentarios