E n el día a día nos enfrentamos a intentar hacer los días llevaderos y sobre todo, anticipándonos. Nos levantamos con la misma rutina para que él sepa que va a venir a continuación: primero ir a baño, después desayunar y después limpiar dientes. Esto dicho así parece sencillo y rápido pero realmente no lo es. Para estas tres cosas necesitábamos más o menos entre 30 a 40 minutos. ¿Por qué? Porque mi hermano lo que más le costaba era controlar el esfinter, le cuesta orinar o como nosotros decimos "tenemos que dejar que se concentre". Esto ocurre desde que toma medicación para la ansiedad y para su hiperactividad. Antes de eso, pedía ir al baño voluntariamente. Desde entonces, se lo tenemos que recordar o simplemente, tenemos establecidos unos horarios para ir al baño: al levantarse, antes de almorzar, por la tarde y antes de dormir. Y, parece que lo lleva bien. Lógicamente eso no quita que de vez en cuento nos llevemos sorpresas inesperadas y que otras, nos lo pida él ...
Miguel Ángel Guerrero: el motor de mi inspiración en este Blog. Descubriendo el sentido del trastorno del espectro del autismo desde la aceptación y consentimiento a través de mi experiencia personal.