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Mostrando entradas de febrero, 2013

Vivencias acarameladas

T ras un post que me costó mucho escribir porque supuso una difícil asimilación y digestión de unos hechos tan traumáticos...me supo dejar mal dejaros con ese sin sabor de boca a quienes post tras post me siguen y me leen. En un post anterior ( Diagnóstico temprano  ) os comentaba que los chic@s con autismo también sonríen y son expresivos, cariños y son realmente muy francos con sus reacciones ante lo que les gusta o no les gusta, son trasparentes, no conocen la hipocresía ni la mala intención...  Para muestra un botón... y es por ello que he recopilado algunas fotos de mi hermano Miguel Ángel en algunos momentos de su infancia, con la familia y con algunos amigos... simplemente quiero que veáis que son como nosotros, no son diferentes. Tienen su momentos de risas y llantos, de gula y ayuno, de sueño e insomnio, pero en general disfrutan de cada momento familiar al igual o más que todos nosotros... sin lugar a dudas, la familia es el tronco de su vida, de su existencia ...

Tu peor pesadilla, hecha realidad

H ace tiempo que no escribo, el ánimo y el shock de un suceso me había bloqueado, no siendo capaz de pensar cómo escribir. Hoy, con los ánimos más calmados y con la entereza de analizar todo el suceso desde cierta distancia en el tiempo, puedo escribir de nuevo. Hoy hace 16 días que un suceso ha marcado mi vida, la de mi madre y la de mi familia en general. Nuestras vidas han sido sacudidas de su monotonía, descentrándonos en el trabajo, en los estudios y haciéndonos ver que cualquier otro hecho queda insignificante a su lado. Un suceso sacado de una película de Hitchcock donde la supervivencia hace que la impotencia, la ansiedad y la incertidumbre queden a un nivel ínfimo. Supervivencia y esperanza que todo lo superan, hasta las películas de terror. Mi madre como todos los findes tenía a mi hermano Miguel Ángel, él con autismo muy acusado, es capaz de recordar cosas que hacía de pequeño aunque lleve años sin tener oportunidad de hacerlo.  Mi madre había dejado la puerta...