M i hermano Miguel Ángel (llamado muchas veces cariñosamente Mimi) nació con un peso de 2'630 kg y sin ganas de comer. Estuvo varios días en el hospital porque se puso "amarillo" (ictericia), no quiso coger el pecho, no quería los biberones de suero ni los de leche artificial... "No se preocupen, ya comerá" nos decían los médicos. Sin embargo, el niño siguió sin comer mucho... solo algo de los biberones porque la leche materna fue imposible dársela. Con dos meses apenas había puesto peso, mi madre preocupada lo llevó al pediatra... Nada que no se pudiera remediar dándole un cambio de sabor a la leche... unos cacitos de crema de arroz... desde entonces Miguel Ángel no ha dejado de comer. Es cierto que nunca le ha gustado la leche... y solo cuando ha llegado a los veinte y pocos años, es cuando ha tomado colacao y batidos... la leche solo la ha ingerido en yogures y postres. Recuerdo que cuando era pequeño, las primeras cucharadas de papilla siempre la...
Miguel Ángel Guerrero: el motor de mi inspiración en este Blog. Descubriendo el sentido del trastorno del espectro del autismo desde la aceptación y consentimiento a través de mi experiencia personal.